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“AVATAR”: UNA CRÍTICA CONVERSADA
Conversación, crítica charlada, diálogo socrático en
pantuflas, lo que ustedes deseen: el crítico de cine de esta página, J Elwood Elsinore II, fue a ver
hace unos días la versión 3D de “Avatar” y se sometió entonces a un diálogo vía chat con nuestros lectores. He aquí una versión
resumida de los resultados.
Pregunta Sonny Vaio, de Almagro, C.A. de B.A.: ¿Qué te pareció la película?
La historia está bien y nada más, en el sentido de que se sostiene, pero...
El final es bastante burdo, por ejemplo. Ahora, visualmente, es más que una
película: es toda una experiencia. Cameron reconoció
ser todavía, en el fondo, un hijo del Flower Power, y se nota: algunas imágenes parecen salidas de un
viaje en ácido de un fanático de la ciencia ficción, o más precisamente, de un
fanático del arte inspirado en la ciencia ficción. Hay mucha influencia de esas
tapas de discos de Yes que hacía Roger Dean a comienzos de los ’70 (por ejemplo ésta), de la historieta de
ciencia ficción de esa época (Moebius), de las ilustraciones de libros y revistas populares del género de los ’50 y ’60… En ese sentido, me
encantó.
Pregunta José Luis Borges, de General Susvín, Chubut:
¿Qué opinión te merece el 3D?
Me costó un poco acostumbrarme, al principio sentí molestias en los ojos.
Es la primera película que veo en 3D, y quedé muy impresionado. Por suerte no
se abusa del truco de que algún objeto parezca que se dirige directo a la cara
del espectador, que sería un facilismo. Viendo los resultados, uno queda
admirado también con las posibilidades que se abren: la verdad, a veces pienso
que los primeros cien años del cine van a ser vistos como una especie de
prehistoria del arte. La animación ha cambiado totalmente el modo en que se
pueden hacer películas: teniendo plata (obvio) es posible tratar la imagen de
modo expresionista, surrealista, cubista, hiperrealista,
lo que se quiera. No digo que antes no se pudiera, ni que eso sea imprescindible
para hacer cine, pero esto es otra cosa.
Párrafo aparte para las pequeñas pelotudeces que
uno hace cuando tiene unos anteojos 3D, como quitárselos para ver cómo es la
película sin ellos (un poco borrosa), o querer saber cómo se ven la sala o el celular con ellos (igual) o cómo
se ven los pechos de la flaquita que se sentó al lado de uno (desgraciadamente,
igual).
Dice El Paz Eloy Martínez, de
San Miguel de Tucumán: Políticamente hablando, hay bastantes alusiones ¿no?
Sí, cómo no: se podría escribir un libro con todos los apuntes socioculturales
del filme. Los primeros que se me ocurren: el concepto de la biosfera de
un planeta como si fuera un macroorganismo (
Pregunta Deepak Chota, de Bombay, India: ¿Notaste que la película está llena de citas cinematográficas
y literarias?
¡Otro libro! A la pasada, y en mayor o menor medida, uno se acuerda de “Danza
con lobos”, “Pocahontas”, “Lawrence de Arabia”, Tarzán, la “Historia del guerrero y la cautiva” de Borges, “El
Señor de los Anillos”, “Star Wars”,
“Duna”, Solaris”, “Transformers”, “Matrix”, “Aliens” (¡hasta está Sigourney Weaver!), “Apocalypse Now”. Por la cuestión
del conflicto de identidad del personaje principal y la idea de que la realidad
aparente es falsa (al menos desde el punto de vista de los nativos con respecto
a los avatares), todo remite a Philip Dick: ah, de no haberse muerto en 1982… También hay muchas
historias reales que recuerdan la historia de “Avatar”: me remito a la nota ya
publicada hace unos días en este mismo medio.
Dice Aída, de Verdi: Se olvidó
de Los Pitufos, que son azules como los Na’vi.
¡Tiene razón, Aída!
Pregunta Carmen, de Bizet: ¿No es un poco raro que en 2154 haya un tipo en
silla de ruedas?
Cierto. Claro, la invalidez es vital para ayudar a delinear al personaje
principal, pero es cierto eso. También hay libros impresos en papel, por
ejemplo. Resulta raro que haya soldados humanos, cuando hoy mismo se está
hablando de que en pocas décadas la mayoría de ellos sería remplazada por robots. O alguien con corbata. Si la corbata se sigue usando promediando el
siglo XXII…. Ya está. ¡Carmen, el progreso es una mentira!
Y no tiene que ver con la pregunta, pero llamar Pandora al satélite… Es un
tanto obvio ¿no?
Pregunta Beto Napolitano, de
¡Sí, seguro!
Pregunta Jorge Sanata,
de Olavarría: ¿No te resulta llamativo un filme de Hollywood con un mensaje poco habitual para el medio?
Seguro. Igual no nos olvidemos de que, en definitiva, es un filme de la industria y las enormes ganancias que producirá irán a la industria: el trabajo de marketing de “Avatar” es tan abusivo que no deja duda al respecto. Pero cierto, que sea un filme norteamericano donde claramente hay buenos y malos y que los marines norteamericanos estén entre estos últimos… es fuerte. Que muy probablemente haya chicos norteamericanos que festejen cuando un nativo “bueno” mata a un soldado norteamericano “malo”, es fuerte. A lo mejor, quién sabe, la película es un tanto melosa a propósito, para hacer llegar un mensaje politizado a un público masivo. Richard Corliss decía que la ciencia ficción era “un acto de subversión disfrazado de cuento de hadas”...
Pregunta Billy Rubina, de San Juan de Puerto Rico: ¿Te parece que los tonos antimilitarista, antiimperialista y
anticapitalista del filme pueden tener alguna repercusión política?
La verdad, no. Al menos en Estados Unidos: repito, al fin y al cabo es un entretenido
filme de Hollywood, no un movimiento de masas con un ideal
contestatario. La gente festeja que un nativo mate a un marine o que la corporación
minera no se salga con la suya, pero sale del cine y a lo mejor vota a un candidato
que defiende la invasión de Irak o la de Afganistán. ¿Los norteamericanos
comunes aceptarían retirarse de Irak si eso significara pagar más cara la
nafta, o ayudar a salvar las selvas tropicales negándose a comer hamburguesas
provenientes de vacas criadas en terrenos ganados al bosque tropical o la selva
ecuatorial? No estoy seguro de que allá sea tan sencillo trasponer la lectura
de la película a la realidad: por lo pronto, no creo que a los grandes medios
les interese fomentar esa trasposición. En Bolivia o
Ecuador, o entre los mapuches de Argentina y Chile tal vez sí sirva como
disparador para la reflexión, pero ahí sí se dan las condiciones sociales para que
la película genere un debate.
Pregunta Hugo Molfesa,
de Flores, C.A. de B.A.: Explicame un poco más tu crítica del final.
No quisiera entrar en demasiados detalles por si algún lector todavía no
vio la película, pero… Vamos a tomar otro ejemplo del mismo error que creo que convierte
al final en burdo, así no lo contamos. Cameron quiere
destacar la interconexión profunda de todos los seres vivos en Pandora y no se
le ocurre mejor idea que expresar esa idea de modo literal: hablo de esa
especie de puerto USB biológico que existe entre los nativos y
algunos animales. Una metáfora establece una identidad entre dos rasgos del
universo, digamos la pasión y el fuego, o el fluir del tiempo y el fluir de un
río: el procedimiento de Cameron, aplicado a esas metáforas,
nos presentaría un enamorado ardiendo a lo bonzo, o un río hecho de hojas de
almanaque. ¿Me explico?
Pregunta Edwige Fenech, de
Como viene la mano, no me extrañaría que a James Cameron le dieran el Premio Nobel de
Pregunta Paris Hilton, de Villa Fiorito: Estoy en Sochori de Dorapa, enfrente del Estadio Mundialista de Mar del Plata. ¿Qué tomo para ir a la terminal de ómnibus nueva?
Hacé una cuadra por Dorrego (la calle perpendicular a la avenida) y tomate el 542. Veinticinco, treinta minutos de viaje.
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